Como dice al maestro Don Miguel Ruiz: “No tomes nada personal. Nada de lo que otros hagan es debido a ti. Lo que los demás dicen y hacen es una proyección de su propia realidad. De su propio sueño. Cuando tú seas inmune a las opiniones y acciones de los otros, dejarás de ser víctima de sufrimiento innecesario.”

Puede parecer una idea muy descabellada, el creer que puedes ir a través de la vida sin tomarte nada personal o culpar a alguien de algo.  Sin embargo, si realmente quieres ser feliz, esto es algo que necesitas aprender a hacer. ¡Y es algo que es totalmente posible lograr!

El problema con tomar las cosas personalmente o culpar a otros de nuestras emociones o de nuestros problemas, es que esto es adoptar una posición y mentalidad de víctima. Ir en esta dirección es algo tan peligroso que nos podemos acostumbrar a ella y que sea siempre nuestro modo operativo de vida.

Hay muchas razones por las cuales una persona adopta la posición de víctima: al seguir el ejemplo de alguno de sus padres o familiares, falta de confianza en sí mismo, miedo a perder el control de algo, y hasta miedo a su propio poder. Para profundizar, cuando alguien tiene miedo de perder el control de algo, o falta de confianza en sí mismo, a veces solo la idea de que pueden cometer un error o que pueda ocurrir algún problema es suficiente para que sientan que no lo van a poder manejar. Por lo tanto, prefieren que siempre se culpe a alguien más por ello, o que alguien más sea el responsable. Cuando tenemos miedo a nuestro propio poder preferimos dejar todo el poder en las manos de otro para que así no tengamos que tomar grandes decisiones o hacer grandes cambios en nuestras vidas, y que puedan ser una mala decisión. Básicamente, la posición de víctima viene de un punto muy simple: la negación de tomar la responsabilidad – el poder –  por el resultado de algo.

El problema con esto es que cuando caemos en la posición de víctima lo único que estamos haciendo es preparando nuestro propio fracaso, decepción, y eventualmente, nuestro propio sufrimiento.  Cuando te vas a una posición de víctima rindes completamente tu poder, ya sea que se lo des a alguien más o simplemente lo niegues, y haciendo esto nunca podrás tener los resultados que quieres en la vida.

Simplemente pregúntate: “¿Cómo sería mi vida diferente si dejara de validar a mi víctima?  ¿Cómo sería mi vida si dejara de quejarme y mejor me pusiera a buscar soluciones a mis problemas?” “¿Cómo sería mi vida si dejara de culpar a otros por lo que siento, y buscara limpiar mis propias emociones?”

Así que, para salir de la posición de víctima es importante ejercer dos cualidades que ya son innatas en ti, ya que esto nos hace poder identificar cómo nos estamos haciendo la víctima en cualquier situación. Una vez identificada, vas a tener que hacer un compromiso de salir de eso para poder ir a un nuevo nivel de consciencia y liberarte.

Ser Honesto Contigo Mismo

“Cuando te quejas, te conviertes a ti mismo en una víctima. Cuando hablas claro, tú tienes el poder. Cambia la situación tomando acción o hablando si es necesario o posible; sal de la situación o acéptala. Todo lo demás es locura.” ~Eckhart Tolle

Hay veces que vamos a la posición de víctima inconscientemente y tan sutilmente que podemos no darnos cuenta que estamos ahí. Para poder identificarla bien tenemos que tener algo que se llama integridad con nosotros mismos. Lo cual significa ser completamente honestos con nuestra experiencia sin buscarle un “porqué.”

Tal vez estés acostumbrado a decir cosas como “es que ella me hace enojar” o  “lastimaste mis sentimientos.” Y aunque a veces se sienta como que otras personas nos causan nuestras emociones negativas, conforme sigas trabajando en ti mismo te darás cuenta que realmente no es así. La vida funciona de tal manera que no solo sucede a través de nosotros, sino para servirnos también. Esto significa que nos vamos a encontrar personas, lugares y situaciones que funcionan como “botones” para mover y sacar las emociones que llevamos dentro que no hemos sanado.

Así que puede parecer que alguien más tiene la culpa de nuestra tristeza o enojo, pero desde otra perspectiva hemos creado la situación perfecta para llevarnos a un nuevo nivel de crecimiento y consciencia. El secreto está en dejarte sentirlo. No importa lo que sea, y no importa que se sienta mal o desagradable. Es darle nuestra consciencia y permitirle salir a esa emoción que nos ayuda a liberarnos.

Cuando nos permitimos la libertad de experimentar la verdad de nuestras emociones y vivir nuestra verdad, nos permitimos solo sentir la emoción sin crear una historia detrás de ella, nos permitimos sentir nuestro dolor, sin preocuparnos por quien nos lo causó, nos regresamos el poder para manejar nuestra experiencia de frente.

Todo lo que necesitas es Amor

A través de la historia ha habido muchos maestros espirituales que se han mantenido en el centro de su ser, sin importar los insultos o agresiones que otros han tenido con ellos, de hecho hasta mandaban bendiciones a aquellos que daban energía negativa.

La razón de esto es que estos maestros saben que la única cosa que realmente tiene poder es el amor. Cuando un ser logra el amor incondicional por sí mismo, lo único que puede hacer es bendecir y amar a otros, es una confianza que surge naturalmente de si mismo que le permite aceptar, en una profunda humildad, a cada persona tal y como es.

Cuando reconocemos que detrás de un insulto solo hay una persona lastimada y buscando amor, dejamos de culparlos o de usar la violencia como un mecanismo de defensa y en vez de eso solo damos amor a estas personas. Esto no significa tolerar ser abusados por alguien física o mentalmente, siempre pones tu seguridad primero. Pero dejas de atacar o de picar botones de regreso como un mecanismo de defensa.

Al ir dejando tu mismo la mentalidad de víctima vas a ir viendo que todas las personas merecen nuestro amor y los que son negativos lo merecen y necesitan aún más.

Conforme practiques ser completamente honesto contigo mismo sobre lo que sientes en ese momento, y uses el amor como tu único mecanismo de autodefensa, vas a ir viendo cómo vas sanando a las personas a tu alrededor a las que en el pasado te hubieras hecho su víctima.  Conforme otros ven que tomamos responsabilidad, y somos pacientes y compasivos, les damos la excusa para bajar sus defensas y experimentar sus emociones sin tener que culpar a otros.

Y aunque no lo creas, el poder del amor, y nuestra confianza en él, va a hacer que esa persona pierda poder porque en lo más profundo de todos nosotros sabemos que el amor es el único poder verdadero. Y cuando un ser que usa tácticas de miedo para tener poder y control sobre otros se encuentra con un ser que solo tiene amor para dar, su obscuridad, en un momento de total rendición y al ser derrotado por la energía del amor, se dispersa.

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