¿Te ha pasado que te encuentras con una persona cuya actitud es muy burbujeante o energizante? ¿Has notado que algunas personas se ven disfrutando la vida y otras parece que no tanto? En este artículo describiremos algunas ideas sobre la abundancia y sobre las personas que se sienten abundantes con la finalidad de que puedas comenzar a manifestar mayor abundancia en tu vida.
Es posible ver el mundo desde un paradigma de carencia o desde la actitud de que lo que se tiene es poco y, como es poco, no se puede compartir. Pero también es posible verlo desde la idea de que el universo es abundante y que hay suficiente de todo para todos. ¿De qué depende? De la actitud.
La actitud hace referencia a la manera en que se manejan las situaciones de la vida, es decir, los roles, conflictos, personas, experiencias, etc. Así que las actitudes reflejan la manera en la que vemos el mundo y también influyen en la forma de experimentar la relación con el dinero y con los recursos en general.
¿Cómo es la actitud de escasez?
Bajo el paradigma de escasez, se tiene una actitud derrotista, de queja ante los bienes materiales y situaciones. Es una actitud de limitación, donde las decisiones relacionadas con los recursos materiales o el dinero se toman con miedo y extrema medición. En esta forma de pensar, la experiencia del “no tengo” es lo que no permite que tengas para dar, porque se percibe el dinero desde la experiencia de no merecer, sin reconocer el valor de ser parte de la vida y su infinidad de recursos. El mensaje que le expresas a la vida es que no tienes, no es suficiente y no alcanza.
¿Cómo es la actitud de abundancia?
La actitud de abundancia surge cuando entiendes que practicar la generosidad es apreciar la abundancia de una forma natural, porque siempre hay suficiente de todo para todos. Bajo esta perspectiva, se asume que la vida es generosa por sí misma, porque siempre está generando más vida, es abundante y expansiva, no es limitada, sino que continúa creciendo en todo lugar donde tenga oportunidad. La generosidad genuina es una actitud que viene de un punto de verdadera confianza, donde no se necesita la garantía de que el universo te va devolver la abundancia, porque ya la tienes.
La expresión energética que acompaña a las actitudes es lo que evidencia lo que realmente estás creando. Para ser abundante no tienes que tener mucho de todo, tienes que reconocer la abundancia que ya está en ti y permitirte vivirla. La vida no se desperdicia, se regenera y produce abundancia, así que por naturaleza, al ser un ser vivo ya eres una persona abundante, y la vida siempre te va dar las cosas que necesites, las tomes o no.
Parte de la generosidad es la práctica de dejar ir, o cambiar tu visión pequeña y limitada que te pone en la experiencia de escasez y comenzar a confiar, soltar la idea aprehensiva y aceptar que hay suficiente de todo para todos. No estás bajo ataque ni bajo presión, incluso si te encuentras en una situación de poco dinero o de mala racha económica, el no tener dinero es algo temporal que eventualmente vas a superar. Piensa en las olas del mar que van y vienen, el movimiento cuando se retira la marea y luego regresa, así funciona el dinero, ya que también es una energía en movimiento, por lo que cuando la marea se retire, tienes la oportunidad de trabajar en la confianza y la seguridad de que va a regresar, y cuando tengas dinero trabaja en la práctica de darlo o compartirlo desde la generosidad.
De igual forma, reconoce la abundancia en formas diferentes a la material o de bienes físicos, también existe abundancia de otros recursos, como el tiempo, o de otros aspectos como el conocimiento o la salud, y ten la generosidad de provocar experiencia donde puedas apreciar y valorar estas áreas de abundancia que ya tienes. Asimismo, reconoce que acciones como aprender conceptos nuevos, crear paradigmas nuevos y generar información o aprendizajes sobre la vida, también contribuyen con tu abundancia emocional o espiritual, y aportan beneficios a tu crecimiento como ser.