Si me vinieras a preguntar “¿cuál es el elemento fundamental de la felicidad?” mi respuesta seria al mismo tiempo simple y también muy complicada. Explorar el elemento fundamental de la felicidad es algo que cuando lo entendemos, podemos comenzar a vivirlo, y entonces seremos felices. ¿Entonces cuál es? Aunque puede parecer muy fácil, encontrar la clave de la felicidad puede ser una de las tareas más difíciles y elusivas de la vida. Y aun así es posible. Es absolutamente posible.

Piensa en un comentario negativo, o un insulto que alguien te ha dicho que se ha quedado contigo por mucho tiempo. Tal vez en tu niñez, en la escuela, o ya de adulto. ¿Te llega por lo menos uno? ¿Recuerdas varios? ¿Cuántas veces han pasado por tu mente ese comentario o insulto? ¿Cuántas veces has recordado el incidente y has sufrido por ello? ¿Qué cosas has cambiado o cómo te ha afectado ese comentario o insulto?

Observa que el comentario o insulto fue solamente el pensamiento de otra persona, alimentado por su propio dolor, sufrimiento, o negatividad. Más importante, observa el poder que tiene tu mente al recordar este evento. ¿Te vuelves a sentir mal? ¿No lo has podido olvidar? Observa que el comentario o insulto no tiene ningún poder, más allá del que tú le has asignado. Tu sufrimiento viene de tus propios pensamientos. ¿Has continuado pensando cosas negativas, o haciendo comentarios negativos acerca de ti mismo? ¿Has tomado lo que te dijo la persona y lo has hecho aún más grande, más negativo?

Una gran, gran parte de nuestro sufrimiento viene de nuestra mente. Sí, hay experiencias dolorosas, pero hay una diferencia entre el dolor y el sufrimiento.

El dolor es una experiencia emocional o física que sentimos en ese momento y después pasa. El sufrimiento es la resistencia al dolor, es la historia y el diálogo que acompaña al dolor. Los pensamientos a los que les damos vuelta una y otra vez como “¡esto es terrible! “Es doloroso y no lo quiero.” ¿Cuándo se va a acabar?” “¡No no no no no quiero esto!” Esto es el sufrimiento.

Cuando paramos los pensamientos negativos y simplemente “somos” todo está bien. En verdad, todo está bien. Nuestro sufrimiento nace de las historias mentales negativas que hemos creado. Todos pasamos por momentos difíciles, pero hasta esos momentos son manejables. Si, son retantes y difíciles, pero manejables. No hay evento o situación que no podemos manejar siempre y cuando aprendamos a no reaccionar creando un comentario interno negativo.

Así que el primer ingrediente para la felicidad es la quietud mental. Cuando nuestra mente está calmada, todo está bien. Si no creamos historias negativas mentales, no sufrimos. Si recordamos que estas historias están en nuestras mentes y callamos y calmamos nuestra mente, todo el sufrimiento termina.

El segundo ingrediente es estar presente, porque cuando estamos en tiempo presente siempre podemos encontrar belleza en algo. Escuchar tu corazón latir, tan suave, tan rítmico, puede ser una experiencia hermosa. Al estar presente, siempre vas a encontrar lo positivo de tu situación. Así mantente presente y en quietud, porque cuando hacemos esto, la felicidad se vuelve nuestro estado natural. Cuando vivimos el aquí y el ahora, con una mente calmada y apagada, te abres a experimentar la verdadera felicidad.

Si no me crees, te reto a hacer algo.

Ve a algún lugar al aire libre, y si es posible, algún lugar donde puedas estar en absoluto silencio; tal vez un parque, un campo, o la playa. Ve a ese lugar y por un minuto, permítete estar completamente en silencio y libre de pensamientos. Si puedes 5 o 10 minutos, mejor. Después, escoge algo, puede ser un pájaro, un árbol, una flor, cualquier cosa en lo que puedas poner el 100% de tu atención y obsérvalo. Escucha a lo que escogiste, obsérvalo y solamente estate ahí con ello. Eso es todo lo que quiero que hagas durante todo el tiempo. No lo analices, no hagas comentarios sobre su tamaño, color, olor, solamente estate con ello. Tu mente está quieta y tú estás presente con ese objeto que escogiste.

Una vez que hayas terminado el ejercicio, reflexiona en el tiempo que pasaste. ¿Sentiste tristeza? ¿Sentiste depresión? Si realmente estabas presente con lo que escogiste, vas a encontrar que estabas feliz y en paz. Todo está bien. Si, puede que esa experiencia solo haya durado un corto periodo de tiempo, pero puede ser suficiente para darte cuenta que puedes hacerlo. Y créeme, puedes hacerlo.

Mantener nuestra mente quieta y presente es una habilidad. Es una habilidad que tenemos desde niños, y si has observado a niños puedes ver que ellos hacen eso todo el día: vivir en el momento presente. Desafortunadamente, conforme vamos creciendo, olvidamos o suprimimos esta habilidad. Si practicamos y nos enfocamos en recuperarla, regresamos a lo que es nuestro estado natural de ser, donde somos felices. Cualquier persona lo puede hacer, solo requiere esfuerzo.

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