Una planta recibe energía del sol al mismo tiempo que da oxígeno para los seres humanos, para la naturaleza es casi una danza el proceso de Dar y Recibir.
Para los Taoístas, existe una naturaleza polarizada que habita en todo y todos, no tiene que ver con religión o con espiritualidad sino es más bien una forma de explicar cómo funciona el mundo.
Esto quiere decir, que para ellos, hay opuestos que hacen contraste entre sí (cerca-lejos, alto-bajo) creando un balance, todo implica dualidad y esa dualidad significa equilibrio.
Dar y Recibir son palabras que al leerlas parecen antónimos
una lo contrario de la otra pero preferimos pensar que a veces, en lugar de ser contrarias, más bien tienen una relación de causa-consecuencia. Si quieres felicidad, se amable, empático, atento con los demás, ellos lo serán contigo y así tú te sentirás feliz.
En nuestra Escuela, creemos que la relación Dar y Recibir es un ciclo que empieza contigo, con lo que brindas, lo que sale de ti y termina contigo, con lo que llega a ti como resultado de lo que emites.
Uno de los principios del Taoísmo es la vacuidad, el vaciar la mente y las acciones de los intereses personales. Por eso, ayudar a alguien, dar dinero o dar algo pensando en obtener algo a cambio no tiene una buena intención.
La intención de Dar debe ser desde el amor,
la motivación debe ser desinteresada y autónoma, debe estar vacía de expectativas. Dar y recibir, no son, entonces, un acto medido o calculado sino un acto espontáneo, natural como el de las plantas.
Quizás, hayas escuchado hablar de un instrumento de madera que se avienta por el aire y regresa a su punto de partida, es conocido como Bumerán y nos ilustra la dinámica entre el Dar y Recibir, de allí que se utilice su nombre para la Ley del Boomerang: “lo que das, recibes”, “lo que siembras, cosechas”.
Tus intenciones, pensamientos, palabras, acciones regresan a ti,
otro dicho común es “No hagas lo que no quieres que te hagan” puede parecer amenaza o prohibición pero en realidad es un ejercicio empático para una vida sin conflictos.
Si prestas atención a la actitud, la energía, las acciones que salen de ti puedes tener una idea de por qué tienes las circunstancias que tienes en los aspectos de tu vida: tu economía, tu familia, tus relaciones.
Si hay algún proyecto o área donde estés sintiendo que no recibes lo que das, debes prestar cuidadosa atención a ese proyecto o área, analizando la motivación que se esconde detrás de lo que sale de ti.
Cuida tus pensamientos y tus actitudes,
ve tu intención detrás de cada acción y asegúrate de brindar apoyo desde el amor y no por conveniencia propia. Pensar desde dónde estás dando te ayuda a ponerte en abundancia con la intención de crecer tu y ayudar a otros a crecer. Sin competencias, sin búsqueda de beneficios o aprovechamientos, sino entendiendo que todos somos un canal que puede ser utilizado para ayudarnos a sentirnos enriquecidos y en bienestar.