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Lo que das, recibes

Uno de los temas que más amplitud tiene y que puede ser muy relevante para tu crecimiento personal, es el Dar y Recibir, dos verbos que parece que se conjugan a la par: “Yo doy, yo recibo” “Tu das,tu recibes” pero ¿te has dado a la tarea de aplicar esta Ley Universal? Si tu respuesta es sí, ¿te ha pasado que lo que estás dando no es lo que recibes?.

Queremos conversar sobre el Dar y Recibir como intenciones equivalentes y también queremos indagar cuáles pueden ser las causas por las que los resultados que obtienes son diferentes a los esfuerzos que das.

En algún momento de nuestras vidas, todos hemos pasado por alguna búsqueda de estabilidad, ya sea estabilidad financiera o emocional. Hemos querido sentirnos a gusto con la cantidad de dinero que recibimos o con la cantidad de afecto que nos brinda nuestra pareja, familiares o amigos. Si hay alguna diferencia entre lo que sentimos que damos y lo que nos dan a cambio posiblemente no nos sintamos bien.

Los conceptos que tenemos sobre el Dar y Recibir, influyen en los resultados que obtenemos de estas prácticas, por ejemplo: ¿crees que mientras más das más abundancia recibes? ¿Trabajas mucho en un área y no recibes el resultado que quieres? Tal vez, en este preciso momento te estés preguntando sobre un proceso que sientas estancado o tengas algún proyecto que no despega.

Precisamente, en estas interrogantes y en tus áreas de estancamiento se pueden esconder razones de por qué sientes que no recibes lo mismo que das.

Para eliminar falsos conceptos sobre el Dar y Recibir, es necesario tener presente que muchas veces cuando no encuentras tus resultados, la vida te muestra lo que no estás haciendo bien o lo que puedes mejorar. Tu mundo exterior es siempre un reflejo de tu mundo interno, así tus circunstancias y las personas que te rodean son como un espejo. 

Profundicemos en dos ejemplos principales: la economía y las relaciones. Puede ser que en el caso de economía quieras aumentar tu flujo de dinero, recibir dinero abundante de diferentes fuentes y puede ser que en el área de relaciones quieras recibir el mismo afecto, atención o nivel de comunicación que tu das.

Cuando no sientes que lo que recibes va acorde a lo que aportas puede ser por las siguientes causas:

  • -1 Miedos, bloqueos o traumas: Siempre puedes acudir a un profesional o experto que te ayude a revisar y analizar tus procesos internos. En tu mundo interior se encuentran las respuestas, con la ayuda de alguien especializado puedes encontrar miedos, bloqueos, traumas o procesos que requieran tu atención y dedicación para sanarlos.
  • 2- Tu intención al Dar: Verifica y analiza desde qué posición brindas amor, atención o incluso tu dinero. No es lo mismo dar desinteresadamente que dar esperando algo a cambio. Cuando das por intención genuina, porque te nace y lo disfrutas, emites una energía diferente que cuando lo haces lleno de expectativas puestas sobre un tercero.
  • 3- Tu motivación para recibir: Revisa también tu actitud al recibir. ¿Estás demandando de una forma caprichosa o egoísta? ¿O estás fluyendo y atrayendo? Piensa, ¿Tu corazón está abierto a recibir? ¿Te sientes merecedor de afecto, dinero, etc?
  • 4- ¿Cómo te tratas?: Sé sincero y humilde contigo mismo, la base de todas las relaciones (familiares, económicas, de pareja, etc) que construyas, es tu relación contigo. Si te tratas con abundancia y amabilidad posiblemente así trates a los demás y en consecuencia, los aspectos de tu vida se verán llenos de bienestar y buena fortuna.

Entonces, si no estás conforme con lo que das y lo que recibes o sientes que hay un desbalance, te aconsejamos seguir estos pasos:

-Verifica en qué parte específica de tu vida no ves resultados o dónde sientes que no estás obteniendo lo mismo que das. Ten claro qué resultados quieres y por qué.

-Introspecta sobre tus acciones, piensa si son genuinas o si están disfrazadas con doble intención. Identifica tus verdaderas motivaciones 

Dar y recibir son intenciones equivalentes cuando nacen de una decisión consciente y generosa, deben estar libres de miedos, cargas o atribuciones personales. Por eso, cuando no te esté gustando algún aspecto de tu vida, identifica el malestar que te genera y trata de encontrar la causa o razón dentro de ti mismo, recuerda que ambos deben ser actos que salgan de tu propia voluntad porque lo que brindas a tu entorno regresa a ti con la misma fuerza e intención con la que lo emites.

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