silhouette of woman raising her right hand

En este podcast nos acompaña el maestro Juan Ramón González, quien nos compartirá la diferencia entre religion y espiritualidad.

¿Quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?, ¿cómo debo vivir? Son dudas que a veces nacen en lo más profundo de nuestro ser y a las que intentamos dar respuesta a través de la religión o la espiritualidad. Pero ¿qué es la religión?, ¿es la religión el único camino para trascender?, ¿hay diferencia entre espiritualidad y religión?, ¿cuándo se puede hablar de espiritualidad? En el siguiente artículo vamos atender estas interrogantes con la finalidad de que puedas incorporar o aumentar tus conocimientos sobre el tema de la espiritualidad.

Hablar de espiritualidad implica, a veces, hablar también de cómo percibimos nuestra concepción humana. Podemos creer que somos personas con experiencias terrenales, materiales y físicas o podemos creer que somos seres trascendentales con conexiones, con alma y con espíritu. En el mejor de los casos, podemos comprender que somos ambos, que somos seres compuestos de espíritu y que estamos teniendo una experiencia humana y terrenal.

Cuando queremos comprender quiénes somos y de qué va todo esto de la experiencia humana y terrenal, es común acudir a las religiones en búsqueda de orientación y respuestas para nuestras dudas existenciales. Pero, ¿qué es la religión? Una religión forma parte de la herencia cultural, son una serie de ritos y dogmas que pretenden ayudar a las personas en su despertar de conciencia y en la bùsqueda de sí mismos. Es por eso que existen varias religiones a nivel mundial como el catolicismo, el budismo, el taoísmo, el hinduismo, etc. porque cada una de ellas son formas de comprender y explicar el mundo, el ser humano y su creación.

El significado etimológico de la palabra religión tiene que ver con “religare”: “re” que quiere decir intensidad, profundidad y “ligare” que significa ligar, conectar. Entonces, podríamos decir que una religión tiene la finalidad de ayudarte a conectar con lo profundo. Ahora bien, ¿es la religión el único camino para trascender? No, a nivel de consciencia no hay diferencia entre las religiones y la espiritualidad.

Vamos a explicar lo anterior, la mente tiende a separar los conceptos porque está hecha para hallar diferencias, para analizar, estructurar, definir. Es por eso, que al hablar de religión y espiritualidad pareciera que son conceptos diferentes y ajenos uno del otro, como si asumir tu espiritualidad implica alejarte de una religión pero comprenderlos desde la conciencia nos ayuda a entender que en realidad son una unidad, significan lo mismo y no son excluyentes. Ambos caminos tienen la finalidad de ayudarte a buscar profundo porque significan entrar en una experiencia interna sobre quién eres y a generar compromiso personal en esa búsqueda.

Cuando no estamos en esa búsqueda interna y estamos alejados de nuestra espiritualidad, solemos creer que el propósito de la vida está ligado a cosas materiales como tener hijos, acumular dinero, ser el número uno en todo, sin considerar el verdadero propósito interior. En esencia, tanto la religión como la espiritualidad se enfocan en ese propósito elevado de la vida donde se reconoce que el ser humano es un espíritu metido en un cuerpo para vivir una aventura material.

Un ser puede practicar una religión y aún así no estar consciente de su espiritualidad, esto sucede cuando la persona asume la religión como el cumplimiento de ciertos hábitos o rituales y limita la experiencia a seguir una serie de pasos o prácticas sin profundizar en lo que es la espiritualidad verdadera que significa buscar la experiencia poderosa e interna de quién es.

A pesar de que existen muchas religiones, todas tienen características o factores que las definen. Algunos de los factores que tienen en común son:

1- Existe un más allá, hay un ser superior, supremo, todopoderoso y creador.
2- El más allá es nuestro origen y destino, de allí venimos y hacia allá vamos.
3- Existe un camino de regreso al origen, un camino hacia el más allá y cada religión da un mapa o ruta distinto para recorrer y alcanzarlo.

Las experiencias religiosas que se enfocan en guiar hacia lo externo, procuran hacer cumplir códigos, hábitos o prácticas que se aíslan o no se llevan de la mano con un viaje interno o personal, sino que se vuelven acciones ajenas, vacías y alejadas del proceso interno.
Parecen prácticas pasajeras, que duran lo que dura la actividad, la misa, la oración, la reunión, pero no algo que te acompañe durante todo el día, todos los días.

Es decir, son prácticas que se llevan aparte y no de la mano con las experiencias cotidianas, pequeñas y diarias del ser. Cada religión tiene su propia forma de enfocar esta guía pero todas coinciden en establecer el cumplimiento de ritos o dogmas. Además, la mayoría tiene un cielo a alcanzar, una vida a futuro, una promesa que es distante y que implica sacrificio y esfuerzo en el presente para poder llegar a ella en este u otro plano.

Incluso, hay religiones que tienden a ser excluyentes o separatistas, causando sensación de distancia o diferencias entre las personas. Por ejemplo, algunas religiones suelen hacer sentir a sus seguidores que fuera de la iglesia o de la religión en sí, no hay salvación. De allí que surjan lemas como “el pueblo elegido” o “la tierra prometida” esas separaciones son una forma de ego y diferencian a grupos como “los elegidos” algo así como los favorecidos por Dios o los importantes. Estas actitudes y formas de concebir la religión, contradicen la experiencia de amor infinito donde no hay distinción, no hay otros, somos todos uno solo.

¿Cuándo se puede hablar de espiritualidad?

Cuando no te sientes separado del Creador. Cuando lo que reconoces como Todopoderoso ya deja de parecerte un ser superior e inalcanzable, como lejos, como si no viviera en ti. La religión debe confirmar tu espiritualidad pero no puedes acudir a una experiencia religiosa sin comprender tu profundidad espiritual porque si no será vacía e incompleta.

La espiritualidad se vive en el presente, si tú eres capaz de decir “Yo soy quien soy ahora” entonces entiendes que la espiritualidad no se trata de trabajar en un futuro para llegar al cielo o para alcanzar una meta lejana, sino que la espiritualidad es hoy. Es el trabajo interno actual en el tiempo presente, con las circunstancias y situaciones que tienes hoy, con todo lo que ya eres.

No se trata de rechazar partes de ti o negar aspectos de tu vida, sino de estar en armonía con tu realidad en todos sus aspectos (personalidad, emocionalidad, virtudes, retos, experiencias, etc.) Cuando aceptas todo esto, la mente se silencia y entras en experiencia de paz, de plenitud, haces las paces con tu esencia y puedes experimentar la espiritualidad donde no hay necesidad de peleas, conflictos, lucha, dudas, miedos, no hay poderes sino serenidad.

Es allí, donde la espiritualidad se convierte en la expresión de quien realmente eres, porque no puedes expresar quién eres si crees que tu vida solo es material y que tu propósito está ligado a asuntos del ego. La espiritualidad, es la experiencia y expresión de esencia. Por ejemplo, imagina que existe una masa densa que rodea la conciencia, como un cascarón que impide ver el contenido, ese contenido es la esencia del ser y la masa no permite que penetre el amor y la plenitud. Dios es espíritu y su iluminación en tu ser, viene a ser el aligeramiento de esa masa que te impide ver quién eres realmente.

Esta masa, limita nuestra esencia y nos hace reducir nuestra experiencia humana a sólo cosas materiales, por eso la espiritualidad y el proceso de iluminación de tu ser, van poco a poco abriendo espacio dentro de esa masa y van quitando las capas que impiden que te des cuenta de la infinidad que somos. El trabajo de quitar esa masa y reconocer tu poder, es un proceso largo de compromiso y encuentro profundo para abrir la experiencia del ser.

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