Muchas personas viven toda su vida cargando enojo, resentimiento o culpa sobre algo que sucedió en el pasado y encuentran que es casi imposible perdonar. Nuestro propósito el día de hoy es explorar un poco más acerca del perdón y entender porqué a veces es tan difícil hacerlo.

¿Por qué debería de perdonar a alguien?

Cuando pensamos perdonar a alguien que nos ha hecho daño, sentimos que eso sería dejar que “se salgan con la suya”.   Este es un pensamiento limitante que impide nuestra sanación.  Por un lado, realmente no estás permitiendo que “se salga con la suya” ya que no los estás perdonando para su beneficio. El propósito de perdonar a otros no es para que ellos arreglen sus fallas, sino para que nosotros podamos soltar las emociones negativas que andamos cargando.

Los beneficios del perdón.

Hay varios síntomas que son aliviados al perdonar: el deseo de venganza, darle vueltas en la cabeza a toda la situación, listas y listas de todas las ofensas sufridas, sentir culpa al no saber cómo acercarnos a alguien que ofendimos, y hasta miedo de que nos vuelvan a lastimar. La amargura y necedad también son limpiadas al momento de perdonar, especialmente cuando estas experiencias están asociadas con una necesidad de ser reconocido, de tener la razón en un conflicto.

Al salir de todos estos comportamientos limitantes, que crean barreras entre las personas, se crea libertad. Nos liberamos del pasado y podemos seguir adelante en nuestras vidas en un nuevo nivel de sabiduría y experiencia.

Desarrollando la voluntad de perdonar.

Habrá veces en la vida en que otras personas actuarán negativamente en contra tuya, sin provocación alguna de tu parte. En estos casos puede ser muy difícil soltar tu enojo y resentimiento, ya que puedes sentirte justificado para tenerlo. Pero esta justificación es veneno puro. Observa cómo se siente aferrarte a tu enojo. Aumenta tu conciencia de ello. Observa el resentimiento, es lo que es. No te quedes en la basura mental de repasar lo que pasó una y otra vez; busca observar lo que sientes y suelta esos pensamientos. Estas son emociones que ocurren en la vida naturalmente; el problema está en no permitir que se vayan, en no superar lo que pasó. Mantener esta conciencia de ti mismo te apoya a ver dónde te estás ahogando y soltarlo.

El mito de “Olvidar es Perdonar”.

Este es un mito muy dañino porque limita a las personas a que liberen su enojo con otros. Perdonar no significa olvidar, significa que sueltas todo lo que estás cargando del pasado. Y tampoco significa olvidar lo que pasó ni dar tu anuencia para que te vuelvan a tratar de manera negativa en el futuro. Aprende del pasado. Si hay alguien que te ha dañado, entonces protégete de él y no lo vuelvas a permitir. Y aun así puedes perdonar mientras te proteges.

Miedo a confrontar a la persona que te lastimó.

Hay personas que no perdonan por miedo a tener que hablar con la persona. No tienes que hacer eso. Recuerda que la estás perdonando por TU propio beneficio, no por el de ella. Puedes perdonarla y ella no tiene por qué enterarse. El perdón es la liberación de tus emociones negativas, y realmente no involucra a la persona que estás perdonando. Ella no tiene por qué saberlo para que el perdón sea efectivo.

Y si aún no eres capaz de perdonar…

Recuerda que todos somos seres humanos. Solamente observa que en tu vida ha habido veces donde has lastimado y/o agredido a otros, hay veces donde tú has sido el que ha lastimado a otros. No importa el motivo. Te aseguro que todos lo hemos hecho, y no significa que seas malo ni que lo hayas hecho a propósito; estabas haciendo lo mejor que podías en ese momento. De la misma manera las otras personas hacían lo mejor que podían con su ignorancia y emociones negativas. Por lo tanto, no queda más que aprender la lección y tener la intención de que no vuelva a repetirse en el futuro

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