¿Sabías que hay diferencias entre la espiritualidad y la religión?
¿Estás consciente de que no son en absoluto lo mismo, y que de hecho pueden tener muchas diferencias?
Espiritual significa “relacionado al espíritu” a la entidad de Energía-vital no-física. Espíritu significa “Vida” o el “Factor de Animación” en el universo. Nosotros la llamamos Esencia porque es la esencia de todo lo que existe. Tiene 13 Características Primarias incluyendo Conciencia, Voluntad, Sabiduría, Amor y Alegría. Tú eres un espíritu, una Energía-vital, una entidad de Esencia, temporalmente fijada en un cuerpo físico.
Religión: Sistema de creencia sin evidencia, sin verificación, por lo tanto sin veritas (del latín para verdad). Podemos saber lo que es verdad y lo que no solo cuando hay evidencia que puede ser verificada. La ciencia está basada en la verificación, de manera que todos están de acuerdo que algo es como es. La ciencia no depende de una opinión personal. Al no haber verificación en la religión, cualquiera puede reclamar cualquier cosa y como no tienen que probarla, se convierte en un dogma. No es de sorprendernos que hay más de 3,000 religiones y sectas en el planeta.
Algo puede ser muy espiritual y nada religioso; por ejemplo, la meditación y el misticismo, el servicio a los demás, la generosidad, la paciencia, la bondad.
Y algo puede ser muy religioso y nada espiritual; por ejemplo, dogmas y doctrinas, intolerancia de otras religiones, intolerancia al pensamiento libre, intolerancia de ideas tales como espíritus y vidas pasadas, terrorismo, inquisiciones, cruzadas, yihads y otras guerras “santas”.
El espíritu es lo que eres. La espiritualidad es algo que tú sientes y que expresas en la acción, en la forma de tratar a los demás con energía positiva o negativa. Eres un espíritu que forma parte del Gran Espíritu. Tu espiritualidad es tu grado de experiencia y expresión del Espíritu, que es Amor, Sabiduría y Alegría.
Las cualidades de la espiritualidad incluyen la aceptación y la celebración de las diferencias, la unificación y la unidad, la paciencia y la serenidad, la sabiduría, la alegría, el servicio desinteresado a los demás, la autodeterminación y la libertad, el respeto a la singularidad de los demás, la igualdad, la humildad y la armonía. Tu espiritualidad es la cantidad que sientes de estas cualidades y cuánto de ellas expresas a diario con los demás.
Nota la relación de todas estas características del espíritu con la felicidad. Una persona espiritual es feliz; la espiritualidad es la felicidad. Tú alcanzas la felicidad a través del trabajo en tu espiritualidad.
Las cualidades opuestas de la espiritualidad incluyen: invalidación, crítica, etiquetar a los demás de malos o equivocados, división y separación, impaciencia, ira, ego y egoísmo, decisiones de autoservicio, y una mente cargada de muchas creencias y programas sobre lo que debe y no debe ser y quién es más y menos. Llamemos a todo esto las características de avidya. Avidya significa ignorancia y se refiere a la ignorancia espiritual de que todos somos hijos del Único Gran Espíritu.
Observa que las religiones no siempre producen la espiritualidad en sus adherentes. De hecho, algunas religiones incluso promueven los opuestos de la espiritualidad al dividir todo en correcto y equivocado, separando a las personas en campos, en los “salvados” y los “condenados”, y fomentan conflictos, críticas y condenación, división y rechazo. Todos estos son anti-espiritualidad y contra la felicidad. La única felicidad que existe es Esencia.
Hay personas muy espirituales sin ninguna religión y hay personas muy religiosas que tienen poca o ninguna espiritualidad. La espiritualidad reconoce que siempre hay una verdad más grande para ser descubierta, que la Sabiduría es infinita. La espiritualidad vive siempre buscando aprender, experimentar y así entender más profundamente.
Si te interesa saber más sobre espiritualidad y otros temas relacionados, te invito a tomar nuestro Curso Tu Despertar Espiritual que es totalmente gratuito, busca el banner en esta página y entérate.
Este artículo es un extracto del libro: Esencialidad 101