¿Alguna vez has hecho algo por lo cual te arrepientes? ¿Hay algo que hiciste y quisieras olvidar pero simplemente no has podido? Entonces debes de estar bastante familiarizado con una de las emociones negativas más dañinas a la felicidad y la salud: La Culpa.
La culpa es una emociona negativa que puede describirse de muchas formas: arrepentimiento, pesar, lamento, entre varias otras. La experiencia principal es el sentir que hicimos algo que no debimos haber hecho. Sin embargo, ¿de acuerdo a quién? ¿Quién decide o dicta que no debimos haber hecho eso? Hay algunos actos que los condena la moralidad, otros la sociedad, otros las leyes marciales, pero la culpa la sufrimos mayormente por nuestra propia condena.
Lo que no vemos al reclamarnos lo que no debimos haber hecho son un par de cosas importantes:
- Si lo hiciste, fue porque era la mejor opción de las posibles opciones que podías ver enfrente a ti. Es posible que no pudieras ver TODAS las opciones disponibles, sin embargo escogiste la mejor dentro de lo que tenías al alcance con el conocimiento y capacidad del momento.
- Si lo hiciste, ya lo hiciste. Observa que ese evento, esa decisión, está en el pasado y tú sigues cargando la culpa. Es posible que tengas consecuencias de tus actos y eso es normal y parte de la responsabilidad que todos llevamos al hacer decisiones. Sin embargo la consecuencia es un resultado natural, la culpa es innatural.
- Mucha de tu culpa viene del pensamiento “no debí haber hecho/actuado así” sin embargo, así lo hiciste. ¿Qué ganas alimentando este pensamiento? No vas a cambiar el pasado, y culpándote no vas a vivir feliz ni en el presente, ni en el futuro.
Por lo tanto, si decides que es momento de dejar de carga una culpa, puedes seguir estos pasos:
El primer paso para liberar la culpa es la aceptación. Acepta que en ese momento de tu vida hiciste una decisión y tuviste la consecuencia. Acepta que hiciste lo mejor que pudiste en el momento. Es muy injusto voltear al ver al pasado con el conocimiento que tienes ahora e invalidar al tú de ayer. El hecho que puedas ver que pudiste haber actuado mejor es el resultado de la sabiduría e inteligencia que desarrollaste al haber cometido la falla.
Las fallas y los errores son el precio que pagamos para ser más inteligentes y sabios.
Segundo, si sientes culpa es porque sientes que hiciste algo malo. Pero esa es solo tú opinión. En ese momento tu decisión fue buena porque fue la escogiste porque o a) te iba a causar mayor felicidad o b) iba a evitar mayor sufrimiento. Por lo tanto, si sientes culpa por haber hecho algo malo, ¡es porque eres BUENO! Las personas verdaderamente malas no sufren culpa, es normal para ellas hacer actos negativos, y si sientes culpa es porque eres una persona buena y amorosa y reconoces que pudiste haberlo hecho mucho mejor.
Tercero, el perdón. Como mencione arriba, los errores y las fallas son la forma en que aprendemos y desarrollamos nuestra sabiduría. Hay mucha invalidación en contra de los errores y las fallas, son muy mal vistos, pero ¿a quién conoces que es perfecto y nunca se equivoca? ¡A nadie! Somos seres humanos y es de humanos fallar. Por lo tanto, reconoce tu humanidad y perdona tus errores. No hay nadie más que necesite tanto tu perdón, tu amor, y tu cariño como tú mismo.
El reconocimiento de tu amor y del crecimiento de tu sabiduría es parte de tu desarrollo espiritual. Y el interés que te llevó a leer este artículo es parte del deseo que tienes de crecer y ser mejor. Si deseas saber más acerca de tus emociones negativas y cómo sanarlas y crecer espiritualmente por lo tanto creando cada día más felicidad, te invito a conocer nuestro Curso Tu Despertar Espiritual.
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