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¿Por qué no logro lo que me propongo?
Si alguna vez has tenido la experiencia de desear algo sin conseguirlo, o de proponerte algo y no poderlo lograr, entonces en este artículo podrás encontrar una posible explicación al porqué sucede eso. En las siguientes líneas intentamos describir una causa de por qué a veces no logras lo que te propones y cómo puedes encargarte de que tus esfuerzos te lleven a donde deseas.

Antes de encontrar el porqué no logras lo que te propones, intentemos primero preguntar qué es lo que te propones, qué se esconde detrás de tu propósito o meta. Una meta se entiende como aquello que quieres conseguir o alcanzar, y que tiene importancia para ti y no necesariamente para los demás. En este sentido, una meta puede ser aprender un idioma, viajar, o algo tan simple como plantar un árbol, pero lo esencial de las metas es que tienen importancia para quien las desea.

Desde el punto de vista espiritual, las metas te ayudan a saborear la experiencia de lo que se conoce como “Entheos”, que hace referencia a ese impulso, fuerza o motor de querer lograr algo como desde un fuego o una llama interna; literalmente es sentirte como endiosado o lleno de Dios. Tener una meta clara y definida es esencial para saber a dónde dirigirte.

¿Sientes que tus metas son claras y definidas?

Si tu respuesta es sí…

Trata de ponerle nombre a tu meta para identificarla fácilmente. Pregúntate ¿qué quiero? Quizás sea bajar de peso, empezar a hacer ejercicios, etc. Pero necesitas establecer lo que quieres conseguir. En caso de que ya la tengas definida, entonces procura definir el cúmulo de pequeñas metas que se esconden dentro de ese gran deseo. Por ejemplo, si deseas bajar de peso, entonces las pequeñas metas incluirían establecer un plan de alimentación, organizar horarios para comer, investigar los alimentos adecuados, hacer una lista de lo que hay en el mercado, acorde con tus metas, etc. Aunque pienses que tienes identificadas todas las metas, seguramente hay más metas que no has visto y que tienes que traer a conciencia, para saber el número real de metas que estás persiguiendo. Durante este ejercicio, incluye también tus metas emocionales: ¿para qué quiero bajar de peso? ¿Cómo me voy a sentir? ¿Lo hago por pensar en mí y en mi salud? ¿O mi deseo viene ligado a terceros?. Al tener identificada muy bien la meta y los pequeños pasos que la componen, podrás jerarquizar tus metas y quedarte con tres principales. Hay estudios que han demostrado que si te fijas de una a tres metas puedes lograr tres; cuando tienes de cuatro a siete, logras dos, y cuando son de ocho en adelante, no logras ninguna. Recuerda que el día tiene 24 horas en las que tienes una rutina de dormir, levantarte, comer, arreglarte, transportarte a algún sitio, trabajar, etc., y nada más en trabajo regularmente se van 8 horas, así que para alcanzar lo que te propones, es necesario invertir tiempo importante en tu meta y en las pequeñas metas que la hacen posible.

Si tu respuesta es no…

Lo primero que debes saber es que todos tenemos metas, ya sea que tengas alguna idea de ellas o no, todos llegamos a este mundo con gustos, intereses y algo por cumplir o lograr. Lo siguiente que vas a leer puede resultar increíble, pero es la clave para encontrar metas: para descubrir tus metas, presta atención a tus obstáculos. Imagina cualquier juego, fútbol, tenis, ajedrez, el que sea, todos los juegos tienen obstáculos o cosas que le agregan cierto nivel de dificultad y que hace más cuesta arriba ganar. En la vida sucede lo mismo con las metas, toda meta viene acompañada de obstáculos que van a dificultar su logro, así que presta atención a las áreas de tu vida donde sientes obstáculos o desafíos externos o internos (emociones, pensamientos, conflictos con terceros, etc.) porque detrás de todo eso hay una meta oculta.

Los obstáculos son alarmas de que detrás del conflicto se esconde una meta por alcanzar o un objetivo por lograr. Por ejemplo, tener problemas con la familia (ya sean discusiones o disgustos) puede esconder un problema de comunicación donde la meta estaría relacionada con la comunicación o las forma de expresar. Cada vez que te encuentras a ti mismo en una situación de obstáculo o conflicto hazte la pregunta de qué quieres, qué te gustaría alcanzar en medio de ese conflicto y allí encontrarás una meta.

Para que tus esfuerzos te lleven a donde deseas, debes tener claro qué es lo que deseas y por qué lo deseas. Las metas pueden ser simples o complejas, ser impuestas o genuinamente deseadas, pero analizarlas y hacerte cargo a profundidad de ellas es lo que te pone en la dirección correcta para conseguirlas. El camino por el que debas ir, depende de a dónde quieres llegar porque es importante tener la mirada en la meta, pero son los pequeños pasos que vas dando los que te alejan o distancian de ella.

Alejarte de tus metas, está muchísimas veces influenciado por el hecho de no tener clara la meta, no saber lo que quieres, por qué lo quieres y qué vas a generar cuando lo consigas. Debes identificar el deseo y desmenuzarlo, como quitarle partes y verlo por pedazos para entender qué lo compone. De esta manera, tendrás claro tu deseo porque lo verás sin máscaras ni pretensiones de terceros y así también, podrás entender tu motivación y quitarle el polvo a ese impulso que necesitas para alcanzar lo que anhelas.

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