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La resiliencia es la capacidad de afrontar situaciones adversas, pero a veces no es tan fácil ponerla en práctica. En el siguiente artículo, además de presentar el concepto de resiliencia, también se describen los aspectos más característicos de una persona resiliente, para que aprendas cómo puedes desarrollar esta habilidad humana y utilizarla para superar los obstáculos en tu vida.

La resiliencia se entiende como la capacidad de afrontar los obstáculos desde una mayor actitud, que brinde una sensación de control o que permita a las personas sobreponerse ante las adversidades y atravesar las circunstancia de manera airosa y enriquecedora. Todas las personas en alguna etapa de su vida han experimentando obstáculos, problemas, miedos o inconvenientes, que paralizan o dificultan el desarrollo de su vida, y es justo en esas situaciones donde es posible desarrollar la habilidad de sobreponerse manteniendo la calma y superando el pánico.

Para aprender a ser una persona resiliente,

es necesario estudiar y comprender cuáles son las características de la resiliencia. En este sentido, a continuación presentamos algunos aspectos que esperamos te ayuden a convertirte en una persona resiliente:

  • 1. Identificar la causa de los problemas para evitarlos: este aspecto implica aprender del caos o del error, cuando sucede por primera vez; esto hace que sea menos probable que vuelva ocurrir. Las personas resilientes ante situaciones de imprevistos o estrés, pueden plantearse la pregunta de “si no puedo cambiar la situación, ¿qué puedo cambiar en mí para superarla?” Por ejemplo, imagina que existe un conflicto entre empleado y jefe, donde el empleado (como un ser resiliente) evita personalizar el conflicto y más bien entiende que el jefe tiene características y circunstancias diferentes como estrés, presión, mal humor, etc. De esta manera, no se lo toma como algo personal y busca encontrar soluciones para dar apoyo.
  • 2. Saber manejar las emociones: requiere un trabajo de educación emocional para controlar los pensamientos y no dejarse llevar por cargas negativas. Tener consciencia para manejar las emociones y todo lo que se siente requiere voluntad. En el ejemplo de la relación empleado y jefe, imagina que además del jefe enojado el trabajador también decidiera responder desde el enojo. En ese caso ya serían dos personas en conflicto , alimentando una emoción negativa en lugar de dar espacio para traspasar la emoción temporal y enfocarse en el escenario mayor que requiere solución.
  • 3. Mantener la calma en situaciones de mucha presión: la paciencia es clave para tomarse el tiempo de entender o asimilar lo que está ocurriendo, y así poder encontrar las soluciones más fácilmente. Implica la capacidad de mantener la tranquilidad para estudiar la gama de posibilidades sin presión, porque la tranquilidad da claridad.
  • 4. Ser realistas: significa pensar con optimismo desde el realismo para reconocer: “esto es lo que tengo, con esto cuento y es lo que me va a llevar a salir de la adversidad”. Es el pensamiento realista de que pase lo que pase, se va a aprender una lección que resultará en aporte para el aprendizaje y crecimiento personal.
  • 5. Tener confianza en sí mismo: reconocer la propia valía y capacidades para superar las adversidades; significa confiar en sí mismo y en las decisiones que se toman, y por ende, asumir la responsabilidad de resolver la situación tomando acción. Con mayor confianza se adquiere mayor poder para vivir y disfrutar la vida, porque siempre se presentarán problemas; lo importante es cómo se asumen.
  • 6. Ser empáticos: la empatía da la capacidad de afrontar los problemas de manera más adecuada, porque se sabe leerlos desde otros puntos de vista distintos al personal.
  • 7. Tener auto-motivación: se refiere a la propia capacidad de tomar los retos u obstáculos como oportunidades de cambio y aprendizaje personal, sin necesidad de esperar el empuje o el impulso de terceros.
  • 8. Preguntarse “¿cómo?” antes que “¿por qué?”: El por qué lleva a pensamientos de “es que yo hubiese hecho tal cosa” “¿qué hubiese pasado si?” y las lamentaciones traen más conflictos que soluciones. Este aspecto hace referencia a enfocarse en saber cómo puede manejarse la energía, la situación o conflicto, sin lamentos ni culpas; por el contrario, implica ser creativos y enfocarse en obtener la sabiduría de ver las cosas desde otra perspectiva.

El proceso de aprender a desarrollar la resiliencia implica un camino de trabajo interno donde se observen las maneras particulares de reaccionar ante los conflictos o imprevistos. La idea es reconocer dentro de sí mismo cuáles son esas actitudes, pensamientos o acciones que restan energía y capacidad de acción porque al final, la resiliencia es una oportunidad para el crecimiento personal desde las situaciones adversas que se pueden presentar a lo largo de la vida.

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