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Viviendo en la oficina
¿Eres de las personas que pasan mucho tiempo en su trabajo? ¿Sientes que ya estás viviendo en la oficina? Si es tu caso o conoces a alguien que es así, este artículo te mostrará cuándo una jornada de trabajo se transforma en una vida en la oficina, qué puedes hacer para identificar si es tu situación, por qué puede ser perjudicial, y cómo puedes solventar esa situación.
La vida laboral
Estar activo laboralmente tiene muchas ventajas para tu vida personal. Te permite hacer alguna actividad necesaria para una empresa o persona y además, recibes dinero por hacerla. Ese dinero te ayuda a resolver problemas de tu cotidianidad, cubrir tus necesidades básicas y disfrutar las cosas que te gustan como viajar, ver una película o gozar de una buena comida. Pero, ¿qué sucede cuando tu actividad laboral ocupa más tiempo del debido en tu vida?
¿Cuándo una jornada de trabajo se transforma en una vida en la oficina?
Toda jornada laboral tiene un horario establecido, pero puede que a menudo sientas que debes dedicarle más tiempo extra a un proceso o a un asunto específico. Entonces ya no estás trabajando de 6 a 8 horas diarias, sino que te encuentras trabajando entre 12 o 14 horas, o quizás aún más. Es así como tu jornada de trabajo se comienza a transformar y, sin saberlo, ya estás viviendo en tu oficina. Por eso llamamos “vivir en la oficina” al hecho de pasar mucho tiempo en tu oficina o que tu mente está ocupada casi siempre en temas de trabajo.
Cuando trabajas más de lo debido en horas extra o incluso durante los fines de semana, llevando trabajo para realizar en casa, y dedicando cada vez menos tiempo a sentarte a comer con tu familia o a compartir con tus hijos, tu vida se ve profundamente absorbida por tu trabajo en detrimento de tus otras áreas de la vida.
¿Qué puedes hacer para identificar si esa es tu situación?
Además de pasar más horas trabajando y menos tiempo compartiendo con tu familia, también puede suceder que los asuntos laborales absorban tanto a tu mente que, aunque estés compartiendo algunos momentos con tus amigos o con tu familia, no estás totalmente presente porque tu mente está pensando en resolver algún problema de trabajo y estás preocupado por algún tema laboral. Si tu mente constantemente está pensando en los asuntos del trabajo, si tus ratos libres y tus fines de semana se reducen porque debes trabajar, si tu familia te ha mencionado que te siente algo distante o ausente por temas de trabajo, es muy probable que estés “viviendo en la oficina”
¿Por qué puede ser perjudicial?
Líneas más arriba te mencionamos algunas ventajas de estar laborando. pero como todo en la vida, si lo haces en exceso, puede ser perjudicial. Trabajar excesivamente o pensar constantemente en el trabajo puede ser señal de una adicción al trabajo, conocida como “Workaholic”.
Ser un workaholic o un adicto al trabajo, tiene sus consecuencias emocionales. Algunas de ellas son:
- Desgaste emocional o fatiga mental por pensar constantemente en responsabilidades y deberes.
- Distanciamiento afectivo o personal al alejarse de otras actividades o relaciones por priorizar desmedidamente el trabajo.
- Cambios de humor repentinos o amargura sin razones aparentes.
- Apego insano a la actividad laboral, sentir emociones negativas (miedo, minusvalía, ansiedad) cuando llega la idea de trabajar menos.
- Actitud errática, ansiosa o evasiva cuando no se está trabajando o hablando de temas de trabajo.
¿Cómo se puede solventar esta situación?
-El primer paso es reconocer que dedicar tanto tiempo de tu vida a trabajar no es saludable. La jornada de trabajo es de 8 horas establecidas por ley, porque se comprendió que era un tiempo prudente y no perjudicial para la salud.
-Respeta tus roles y tu tiempo asignado a acordado para cada rol. Eres más que solo tu trabajo; tienes familia, amigos y gustos personales que atender; por eso, dispón algunas horas de tu día o de tu semana para atender otras actividades compartiendo con las personas que quieres y te aportan felicidad.
-Incorpora actividades nuevas a tu rutina. Tener cosas nuevas por hacer durante el día puede sacarte de la obsesión de ocupar todo tu tiempo en el trabajo, además de relajarte y darle variedad a tu mente. Por ejemplo: ponte la meta de escuchar un podcast o leer algún libro, y dedica minutos de tu día a esa actividad.
Que tu vida gire enteramente alrededor de tu trabajo no es sano; es entendible el deseo de ser productivo, de ganar dinero y desempeñarte en algo que sabes y se te da bien, pero exceder en tus responsabilidades de trabajo desdibuja la línea que delimita tu tiempo para el trabajo, para tu familia y para otras áreas de la vida.
Debes tener claro que tienes varios roles, que eres trabajador y también padre o madre, amigo, hijo, etc. No dediques tu vida a un solo rol o a una sola área, ni permitas que tus pensamientos se obsesionen con los temas de trabajo. Lo importante es que comprendas que la oficina no es tu hogar y que tu trabajo no es todo tu mundo; solo es una parte de tus responsabilidades y, aunque sea importante, no debe ser tu prioridad.
La prioridad de tu vida eres tú y tu bienestar, y las actividades que realizas, las relaciones que cultivas y los trabajos que desempeñas, deben contribuir a generar y a sumar un mayor bienestar para ti y para aquellos que amas y comparten tu vida.