two men near trees

Al terminar una relación se comienza a hablar de una expareja o de un “ex”, de alguien que aparentemente ya está “fuera” de la propia vida porque la relación terminó por cualquier motivo. 

No cerrar adecuadamente el ciclo de vida de la relación con una expareja, se puede convertir en un freno energético que impide nuestro crecimiento o nuestra fluidez. En este artículo describimos cómo puedes estar atado a una relación que falló y lo que puedes hacer para liberar tu energía en ese rompimiento. 

Cuando no se ha cerrado adecuadamente una relación de pareja

, sea porque terminó abruptamente con energía negativa, o porque persiste un apego hacia esa persona, se mantiene un vínculo invisible con ella o con la energía de la relación. Dicho vínculo frena un posible encuentro posterior con otra persona, e incluso nos hace repetir las mismas situaciones que provocaron el rompimiento, con personas nuevas. Es como un círculo vicioso en el que constantemente repetimos los mismos patrones que acaban por agotar nuestra energía y hacernos sentir con desánimo, cansancio y, a veces, con frustración.

Una relación de pareja puede no haberse cerrado adecuadamente,  si todavía sentimos emociones negativas hacia ella; emitir o desprender este tipo de emociones puede mantenerte atado a una relación aparentemente ya terminada. 

Algunas de estas emociones son:

  • Agresividad: como todo mecanismo de defensa, nos lleva a acusar al otro del fracaso de la relación y a adoptar una postura de víctima, negando responsabilidad de lo que salió mal. No hay un proceso de autorreflexión donde se asuma la cuota de responsabilidad en lo sucedido, a fin de entender qué fue lo que hicimos mal o lo que pudimos haber hecho diferente. Hay pensamientos como: “¿Cómo pudo abandonarme?”, “Yo le di todo y mira cómo me pagó”. “No va a poder vivir sin mí”. 
  • Indiferencia: es otro mecanismo de defensa para reprimir o negar algún pensamiento o emoción inconsciente; no querer traerla a consciencia hace que se prefiera minimizar o aparentar que nada pasó, o pretender que no significa nada. Se suelen hacer afirmaciones como: “No me importa”, “No me afecta”. 
  • Huída: es el tipo de conducta que hace que algunas personas salten de una relación a otra, buscando momentos de placer que desplacen las experiencias pasadas y sustituyan el proceso de duelo que nos hemos negado a seguir. 

Estas tres emociones, no son aisladas una de la otra; a veces se entrelazan y se pueden percibir entretejidas, pero en general pueden significar que no se dedicó atención al proceso de duelo que implica un rompimiento. 

Toda separación es una “pequeña muerte”

que requiere de un proceso de duelo para sanar la herida. No prestarle atención a este proceso, repercute en nuestro campo energético. Si nuestras emociones no son atendidas del todo y nuestros pensamientos no son entendidos y escuchados, nuestras vibraciones energéticas se ven afectadas y funcionan como un imán que atrae a situaciones, personas o circunstancias que impactan en nuestra conciencia y nos hacen escucharlos.

De allí que puedas sentir que no avanzas en algún aspecto, que no encuentres a alguien especial, que repitas algo negativo, o incluso que sigas cargando a la persona que ya no es tu pareja. 

Una expareja no necesariamente te frena a propósito, a veces tú mismo saboteas los procesos y afectas tu propia energía, manteniendo dentro de ti pensamientos o emociones que ya no necesitas.

Comenzar un proceso de liberación energética

de esos pensamientos o emociones, implica tener la disposición de generar cambios emocionales desde tus hábitos cotidianos. Te aconsejamos:

-Si vas a revivir el pasado, que sea para superarlo: recordar las situaciones y acontecimientos no debe hundir tu energía en tristeza, miedos o negatividades. Cuida tus emociones y pensamientos para que la experiencia desde el recuerdo también sane.

-Perdona y perdónate: en lugar de seguir culpando al otro, acepta que las cosas ya pasaron. No hay víctimas ni victimarios; lo que ambos decidieron ser y hacer es lo que consideraron la mejor opción en ese momento; aprende a vivir con eso. Si te liberas y liberas al otro de culpas, haces espacio para nuevas emociones y energías. Recuerda que la culpa solamente existe donde se niega responsabilidad.  

-Fluye con la vida: una pareja es alguien que escogiste para compartir momentos de tu vida; no dejes que los momentos negativos contaminen las cosas buenas que aprendiste. Nada ni nadie es para siempre; la transitoriedad es la característica de todo lo relativo.  

-Genera nuevas metas: proponerte metas que te exijan una nueva estructura mental te puede ayudar a conseguir cambios positivos. Intenta establecer metas pequeñas como: “dejaré de escuchar canciones que aten a mi mente en el pasado”, “ya no utilizaré más este peluche o esta camisa suya para dormir”. Con el tiempo, ve incorporando una plataforma de pensamiento más flexible y adecuada a lo que esperas obtener en tus futuras relaciones: “respetaré la libertad de mi pareja para que pueda compartir con amistades”, “dedicaré momentos solo para mí, aunque tenga pareja”. 

Aunque tu ex haya significado un freno energético, ten en cuenta que tienes el poder de transformar tu propia energía. Practica hábitos que te llenen de vitalidad y hazte consciente de los pensamientos y emociones más profundos que tengas; debes asegurarte de no almacenar energías negativas que a la postre solo te acaban envenenando. Recuerda que si en un momento escogiste a tu ex, en otro puedes escoger continuar sin él, y seguir adelante. Sanar también es una decisión.

Podcast sobre parejas

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