Ego es lo que “individualiza” a la Energía. Ego es la fuerza creadora que genera la ilusión de individualidad, de separación y aislamiento, de no ser el Uno-Todo. Cuando usamos “Ego” con mayúscula inicial, nos estamos refiriendo a esa fuerza única y general de la generación de la ilusión de la individualidad y separación.
Dentro del Ego, hay una polaridad, un espectro de Ego, que corre desde ego positivo ligero, a través del ego positivo humano ordinario, hasta el más fuerte ego negativo. El Ego es solo otra ilusión, no es Quién Eres.
Se puede pensar del Ego como un filtro, una malla o película proyectada sobre el mundo. El Ego “sobre-cubre” la Esencia Única para dar la ilusión de individualidad. El Ego individualiza las cosas, las separa aparentemente, produciendo la experiencia de no ser parte de todo. El Ego es lo que te hace experimentar tu individualización o separación de otros para sentir que no son TÚ. Es lo que te hace ver a otros y a las cosas distintas de ti. Si sientes que las otras personas y las cosas no son tú, eso es el Ego funcionando. El Ego separa las cosas en apariencia, “escondiendo” la experiencia de la Unidad de la conciencia (en menor o mayor grado).
Su función es que exista la apariencia de la individualidad separada dentro de la Esencia, para que haya jugadores con quienes y contra quienes jugar (véase “Juego” en un capítulo próximo). El Ego es la fuerza creativa que divide la Conciencia Única Universal en la ilusión de conciencias separadas. El Ego proyecta la ilusión de la individualidad, así reduciendo o escondiendo totalmente la experiencia de la Unidad. El Ego, como todo lo que existe, está hecho de Esencia.
La conciencia individualizada “dentro” del campo del Ego, dentro de las “células” de conciencia generadas por el Ego, es una sola Conciencia Universal, en la ilusión de separación de otras partes de la misma Conciencia. Un “ser” es una “partícula” de la Conciencia Infinita jugando a la ilusión de una existencia menos que el Uno-Todo.
Existe un solo Ego, subyacente a todo lo que existe. Es decir, existe un solo Ego, una sola fuerza individualizadora. Esto es importante a comprender, porque cuando sales del Ego a tu Esencia, no estás saliendo de tu ego, estás saliendo del Ego, de la creación de la ilusión de individualidad separada.
Los individuos, los seres humanos, no son egos. Tú no eres un ego. En Esencialidad, no hay “muchos egos”, como se suele hablar en la psicología. Hay una sola fuerza individualizadora de la Energía: Ego es la fuerza, la decisión creadora, que crea la ilusión de individualidad. Estás experimentando el Ego cuando ves algo y no lo experimentas como tú.
El Ego pretende ser tan fuerte para que se pierda toda percepción del Uno, la cual es la condición de la gran mayoría de los seres humanos. La Esencialidad pretende que despiertes del Ego suficientemente para recobrar la experiencia del Uno.
PROPÓSITOS DEL EGO
El Ego es la naturaleza del mundo. La función del Ego es mantenernos en la ilusión de entidades distintas y separadas para que exista nuestro mundo y sus juegos. Lo puedes ver en donde estés, no solo en meditación. Vas caminando en la calle y lo puedes percibir en que haya tantas cosas que parecen no ser “tú” conforme caminas. Estando en el supermercado: ¿cuántas cosas ves separadas de ti? Estás viendo cosas distintas de ti porque hay Ego proyectado sobre ti y el mundo.
Gracias al Ego, tenemos la ilusión de seres individuales. El Ego crea y sostiene al mundo en la “ilusión óptica” de seres individualizados, separados y aislados; como un prisma separa los colores de la luz o la película de un proyector separa la luz en formas en la pantalla. Gracias al Ego sabemos quiénes somos nosotros y quiénes son los otros al mismo tiempo. Si todos nos despertásemos del Ego, no habría nada, solo el Uno. Nuestro mundo humano como es ahora, con todos sus exquisitos juegos de distinción y división, no podría existir. Hay que comprender, aceptar y valorar que vivimos en un mundo de Ego.
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Este artículo es un extracto del Libro “Cómo Sentir tu Esencia”
